Cartas

… Vamos a una novedad muy reciente sucedida aquí en Roma, que puede ser también de gran resulta y muy interesante, o pudiera ser que no fuese nada, pero no deja de parecer misteriosa y de causar temor a varios en esta capital del mundo, que desde la antigüedad ha sido teatro de cosas muy grandes y misteriosas. El caso es que el día 10 de este mes, esto es, antes de ayer, a 2 horas, que en nuestro reloj español corresponde a 8 horas de la noche, en la iglesia de San Andrés del Monte Quirinal, que era del Noviciado de la Compañía de Jesús, donde vivió y murió San Estanislao de Kostka, y donde está su cuerpo en su sepulcro bajo del altar del Santo… habiendo pues a esa hora ido a la iglesia dicha, el sacristán -que es un Religioso- con otros dos y un secular, esto es cuatro personas, a poner el marco a la urna del sepulcro del Santo, que lo habían quitado para limpiarlo y componerlo para su fiesta, que es hoy, estando todos cuatro inmediatos a dicho sepulcro, que es de piedra, la urna cerrada con otra piedra y sellada por muchas partes, oyeron dentro de dicha urna un gran golpe, que no pudiendo ser cosa natural, los sobresaltó y llenó de horror a todos cuatro… Entonces volvieron a oír más distintamente otros tres golpes pausados y muy fuertes… Estos golpes que ha dado el Santo dentro de su urna son 14, y puntualmente son 14 los años desde que la Compañía de Jesús, su Madre, sufrió el terrible golpe de su extinción. ¿Quién sabe si llegó ya el término de dicha extinción y por eso lo anuncia el Santo?… Lo que es cierto es el caso sucedido nuevamente de los golpes.

Si hasta el otro correo el tiempo hubiese descubierto alguna cosa, se lo escribiré. A nuestra Beata, por cosa de su querido Santo, le he escrito también el caso, pero muy en breve y sucinto. Si Vm. le quiere comunicar algo más o probar si tiene alguna mayor luz del cielo sobre este caso, lo puede hacer y participármelo a mí su parecer.

P. D. Avíseme si ha recibido el nuevo decreto de indulgencia; por la devoción a María Santísima, emanado del reinante Pontífice y si se ha entablado allí. En el mes que viene tengo intención de mandar un cajoncito con algunas cosas de devoción y relicarios, dirigidos a la Beata Señora María Antonia de San José, en el cual mandaré a Vm. alguno de éstos, solamente por la demostración de mi afecto y gratitud. Aunque escribí a dicha Beata, vuelvo a repetir a Vm. Escribióme dicha Beata que por mano de Vm. mandaban no sé qué personas unos 22 pesos que ella entregó a Don Manuel de Zapiola y que yo los recibiré aquí para un Padre Diego que estuvo en Córdoba. Dudo qué Padre Diego sea éste para poderle yo entregar; o Diego Irribarren o Diego Villafañe o Diego Orbegoso, aunque éste ya murió, o Diego Milán; porque todos han estado en Córdoba en nuestro tiempo. Iterum. Vale.